Guanaco

El guanaco emula en agilidad y en donaire al ciervo. Es un grácil camélido autóctono de Sudamérica, pariente de la vicuña, la llama y la alpaca. Actualmente se encuentra marginado a las alturas montañosas del norte, pero sobre todo al monte y a la tendida estepa patagónica.

Según nos informan restos óseos encontrados en algunas canteras, especialmente en la zona de Barker, este animal deambuló otrora libremente por los campos tandílicos. Sus migraciones alimentarias y biológicas condicionaron a su vez las migraciones periódicas del incansable tehuelche, el hábil cazador patagón. Es muy probable que las manadas de guanacos hayan sido abundantes en los feraces campos de la región, antes que la presencia de la vaca cimarrona y de las hordas vaqueriles las obligasen a marginarse hacia el sur.

De pelaje pardo claro, con pecho y barriga blancos, cuello esbelto, cabeza y orejas pequeñas, o puede negar su parentesco con el camello. Claro, es más airoso, le falta la joroba y su tamaño es mucho menor. Desde el punto de vista económico no reviste hoy la importancia que tuvo para el tehuelche. Actualmente compite con la oveja, con la alpaca o con la llama y por eso se lo combate. No obstante, dispares manadas vagan por la estepa sureña. No lo detienen los alambrados y ha aprendido a temer al hombre. Pero el cuero de sus cachorros o <<chulengos>> es valioso para la confección del tradicional abrigo patagónico: el quillango.