¿Por qué se llama Sierra del Tigre?

¿Estuvo el tigre solo en la imaginación de algún alucinado viajero?
El nombre figura en las cartas del Instituto Geográfico Militar atribuido a un conjunto serrano del cual un sector corresponde a nuestra reserva natural. Los viejos ya lo recibieron, aunque señalan que este apéndice era conocido como Sierra del Corral y no del Tigre. La del Tigre corresponde –estricta verdad- a los relieves inmediatos hacia el suroeste. Pero estamos con que si existió o no un mentado tigre de cuatro patas, saltarín, gruñón y depredador. Figuran en la región otros topónimos «Tigre» y también mucho más al sur: Nahuel Huapi significa en mapuche –la lengua de los araucanos- «Isla del Tigre». ¿Hubo por allí tigres, realmente?

El auténtico tigre es asiático y no existe en América, pero sí su primo hermano, el saludable yaguareté del parque chaqueño, del monte central y de la selva misionera. Desde la Mesopotamia sabemos que ha cruzado hacia el sur otro carnívoro terrible: el aguará-guazú. Es fácil que el yaguareté haya alcanzado una dispersión marginal por el sur de la provincia. Algunos viajeros refieren acerca de su presencia. Y no tenemos derecho a suponer que en un desplante imaginativo tomasen por yaguareté a un simple gato montés. No lo creemos: constatan el hecho de varios cronistas independientes y en distintas épocas. En consecuencia estamos autorizados a suponer que entre los serrijones de la reserva saltó algún día el bello yaguareté, rey de las forestas argentinas.